En el corazón de la Provincia Occidental del Cabo se extiende una región de suaves colinas y paisajes de campiña, famosa por la producción de vinos de gran calidad y por su excelente gastronomía. Se conoce como las Winelands y es, sin duda, una de las mejores excursiones que hacer en el día desde Ciudad del Cabo (aunque nuestro consejo es que te quedes a dormir al menos una noche).
En este post vamos a contarte nuestra experiencia recorriendo la «ruta del vino» de Sudáfrica, te daremos unas pinceladas acerca de su historia (que nos parece muy interesante) y te recomendaremos algunas de las bodegas que visitar y donde realizar una —o varias— catas de vinos (spoiler: son muy baratas y los vinos están deliciosos).
Contenido que vas a encontrar
Viaje por las Winelands de Sudáfrica
Según te aproximas a esta región, comenzarán a aparecer frente a ti colinas tapizadas de viñedos, salpicadas por bodegas con elegantes edificios donde, no solo destilan excelentes vinos, sino también historias familiares que se remontan generaciones.
Aunque la zona es extensa, tres son las ciudades donde se concentra la actividad bodeguera desde que hace siglos esta tradición llegara procedente de Europa: Paarl, Stellenbosch y Franschhoek. Estas localidades son famosas por sus vinos tintos, especialmente el Cabernet Sauvignon, el Pinotage y el Shiraz. En Stellenbosch, el Chenin Blanc también gana protagonismo, mientras que Franschhoek destaca por sus excelentes vinos espumosos.
Son paradas a tener en cuenta para aquellos que quieran vivir de cerca una experiencia top, en una de las regiones vinícolas sudafricanas más recomendables. Nosotros recorrimos la zona por libre, con nuestro coche “piccolo e tondo” y haciendo base en Franschhoek, pero hay opciones para los que no conducen o que prefieren no hacerlo (obviamente si vas en coche como nosotros, ojo con el vino… piripi a pie, pero en coche bien despiertos!).
La primera es unirte a un tour de vinos desde Ciudad del Cabo con transporte y catas en diferentes bodegas de las tres regiones. Mientras que la segunda y más original sería a través de un tranvía del vino, que realiza un recorrido panorámico con paradas en algunas de las bodegas más populares de la zona, luego te hablamos más de él.
✓ Paarl
Es una de las ciudades más antiguas del país y reconocida por la belleza de sus alrededores, destacando especialmente por la majestuosidad de Paarl Rock. Junto con Franschhoek y Stellenbosch, forma parte del triángulo dorado de los vinos jeje, ok, el nombre nos lo acabamos de inventar pero mola ¿no? Lo que no es ningún invento es que esta ruta de viñedos es de las más emblemáticas y conocidas en todo el país.
Nosotros descartamos su visita por límites de tiempo, pero si cuentas con 2 o 3 días para dedicar a la zona, puede merecer la pena. El centro histórico tiene un puñado de edificios de estilo bóer y una vista recomendable es el Monumento al Afrikaans, erigido en 1975 para conmemorar el 50 aniversario desde que el idioma fue oficialmente reconocido.
Como ya te adelantamos, el entorno es una maravilla. La Reserva Natural de la Montaña Paarl ofrece paisajes salpicado por rocas redondeadas, flora fynbos, además de rutas de senderismo como la que lleva a Bretagne Rock. Y obviamente la oportunidad de visitar algunas bodegas, entre las que destacan Windmeul Kelder, Fairview Wine and Cheese, Under Oaks y KWV.
Un dato curioso: Paarl está ligada a Nelson Mandela pues aquí fue puesto en libertad el 11 de febrero de 1990, después de haber estado encarcelado durante 27 años, primero en Robben Island y posteriormente en la cercana Prisión Victor Verster.
✓ Stellenbosch
Fundada en 1679 por holandeses, se trata del segundo asentamiento europeo más antiguo del país. Sus calles empedradas cuentan la historia de los colonos europeos que dejaron una marca indeleble, y su ajetreo continuo muestra que la industria vinícola aquí es algo serio.
Aunque lo que más llama la atención son sus increíbles paisajes, de colinas donde los viñedos se pierden en el infinito, con bodegas centenarias preciosas y otras modernas, enmarcadas por una cordillera de montañas redonditas, la mar de sorprendente.
Alrededor de esta ciudad se concentran montones de bodegas que ofrecen catas y experiencias gastronómicas, siendo la capital del vino en Sudáfrica.
⭐ Estos son los 10 platos de Sudáfrica que no puedes perderte.
✓ Franschhoek
Hablar de Franschhoek es hablar de su legado francés, no por nada se conoce como la «capital gastronómica» de Sudáfrica. Pero la herencia francesa no se saborea solo en los platos: Franschhoek, cuyo nombre significa «Rincón Francés» en afrikáans, tiene sus raíces en la llegada de los hugonotes franceses en el siglo XVII.
En 1688, un grupo de hugonotes, protestantes franceses perseguidos por motivos religiosos, buscó refugio en Sudáfrica. El gobierno holandés en la colonia del Cabo, bajo el dominio de la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales, les cedió unas cuantas tierras en lo que ahora es Franschhoek y fue el comienzo de un pueblo que ahora desprende un encanto único.
Estos hugonotes aportaron sus habilidades agrícolas y vitivinícolas, transformando la región en un próspero valle vinícola. Su legado perdura en la arquitectura, la cultura y, por supuesto, en los viñedos que han prosperado durante generaciones. De esta forma, en la actualidad Franschhoek es reconocida como una región productora de vinos de clase mundial.
El Museo de Hugonotes en Franschhoek rinde homenaje a su historia, exhibiendo artefactos y documentos que narran la valiente travesía de estos colonos.
Franschhoek es, para nosotros, el mejor lugar donde hacer base para conocer el resto de las Winelands de Sudáfrica. Se trata de un rinconcito tranquilo y coqueto, con una avenida principal rodeada de edificios históricos de madera, que nos recordó un poquito a las calles de Nueva Orleans, ocupados por galerías de arte, tiendecitas de artesanía, cafeterías y restaurantes de moda.
Nosotros nos alojamos en este B&B que a la postre fue uno de los mejores de todo el viaje en cuanto a su relación calidad-precio.
En cuanto a donde comer en Franschhoek, estas son algunas recomendaciones:
- Taki’s un restaurante griego-sudafricano donde probamos un bobotie sensacional (buen precio y ambiente campechano).
- Epice, sitio bastante exclusivo con un menú degustación que combina sabores de muchas partes del mundo (carito).
- Café du Vin, local cuidado, con menú variado y precios asequibles.
- Allora, restaurante italiano con buen ambiente y probablemente con la menor selección de pastas y platos del Belpaese.
- Haute Cabrière, bodega elegante al borde de un laguito con preciosas vistas y donde un chef reconocido prepara sus platos (carito).
Visitar una bodega en las Winelands de Sudáfrica
Además de para realizar una cata de diferentes vinos propios y de la zona, y de llevarte unas cuantas botellas de recuerdo, las bodegas de Sudáfrica son lugares únicos donde sumergirte en la tradición y la historia del país.
Tras la llegada de los europeos, estas colinas de agradable clima y fértiles tierras empezaron a convertirse en enormes extensiones de viñedos, que cambiaron para siempre el paisaje. De aquella época todavía se conservan majestuosos edificios coloniales que hoy se han adaptado para ofrecer experiencias singulares y que, para nosotros, son un imprescindible en cualquier viaje a Sudáfrica.
Estas fueron las bodegas que nosotros visitamos en nuestro paso por las Winelands:
✓ Boschendal Wine Estate
Fundada en 1685, cuenta con varios edificios históricos preciosos, extensos jardines y vistas panorámicas a las montañas de Drakenstein, en un entorno idílico. Se trata de una joya que combina la rica herencia de la zona con la innovación y la modernidad a lo largo de los siglos, produciendo unos vinos de muy alta calidad y siendo de las bodegas más populares de toda la zona.
Pero no solo es conocida por sus vinos excepcionales, sino también por sus experiencias gastronómicas, que fusiona sabores locales e internacionales, utilizando ingredientes frescos de la granja. De hecho nosotros aprovechamos para desayunar aquí y la verdad es que no nos pudo gustar más. Los huevos benedict y el shakshuka que comimos estaban de vicio, pero lo mejor fue la visita de la gallina Tomasa que nos acompañó todo el tiempo (el nombre se lo puso Rober y nos parece que le pega todo XD).
Por supuesto también ofrecen catas, desde los tintos robustos hasta los blancos refrescantes. Entre sus destacados se encuentran el Cabernet Sauvignon, Shiraz y Chardonnay. Además, explorar sus vinos de la serie Heritage te sumergirá en la rica historia vitivinícola de la finca. Solo te decimos que en el aeropuerto de Johannesburgo nos hicimos con unas botellitas de Cabernet Sauvignon para estas navidades!
→ Te dejamos su web donde encontrarás toda la información.
✓ Eikendal Vineyards
Dónde sí paramos para hacer una cata fue en esta bodega, ubicada en la pintoresca región de Stellenbosch y enmarcada en un entorno privilegiado, con vistas panorámicas a los viñedos circundantes y las montañas de Stellenbosch. Rober probó 3 vinos por 50 ZAR y Lety 5 por 70 ZAR (unos 2,5-3,5€ al cambio).
Existe una amplia gama de vinos, desde tintos intensos hasta blancos, con variedades como Merlot, Cabernet Sauvignon y Sauvignon Blanc que capturan la esencia de la región. Lo mejor es que los precios son fijos y tú mismo podrás elegir entre las opciones. Si reservas online en su web hay una cata de vinos acompañados de cheesecakes que tenían pintaza (cuesta 170 ZAR, unos 8,5€).
✓ Otras bodegas que visitar en las Winelands
Por limitación de tiempo y no por ganas, no pudimos realizar más visitas a otras bodegas de la zona, pero nos apuntamos unas cuantas que, bien por su ubicación o bien por su oferta gastronómica, nos parecieron muy interesantes. Toma nota:
- La Motte Wine Farm, con una panadería artesanal y un restaurante que ofrece un menú degustación exquisito.
- Oldenburg Vineyards, en un hermoso valle con unas vistas espectaculares de las montañas circundantes.
- Leeu Estates, una finca exclusiva con una producción de vino reducida donde incluso podrás quedarte a dormir (eso sí, pagando un buen pico, mira).
- Waterford Estate, situada en el pintoresco valle de Blaauwklippen, no tiene demasiada historia (se fundó en el año 1998) pero es también una buena apuesta.
- Delaire Graff Estate, genial opción para hacer una cata de vinos con unas vistas espectaculares y también tiene opción de alojamiento y spa.
- Babylonstoren Wine Estate, al sur de Paarl, es un complejo con museo, sala de catas, restaurante, jardines con gran diversidad botánica, huertos y una granja.
En general no es necesario reservar las catas, pero sí quieres alguna experiencia más especial (como la cata con cheesecakes) sí deberás comunicarlo de alguna manera. Te recomendamos echar un vistazo a las webs de las bodegas para ver un poco lo que ofrecen y comprobar sus horarios.
✓ Wine-tram, el tranvía del vino
Se trata de una manera original y divertida de explorar el Valle de Franschhoek sin tener que preocuparte de tener que coger el coche para regresar. Consiste en una red de varias líneas que recorren diferentes fincas vinícolas con un sistema de hop-on hop off. Hay que decir que el popular tranvía de dos pisos en realidad hace un recorrido bastante corto, completándo el resto de tramos con autobuses.
El tranvía y los buses tienen un horario preestablecido en cada parada y tú mismo puedes organizarte el tiempo para realizar catas, degustaciones y actividades en las diferentes bodegas. Todos estos gastos se pagan aparte, recuerda que el precio de este ticket es de 600 ZAR e incluye solo el transporte.
Las terminales de salidas están en Franschhoek y en Groot-Drakenstein (te las dejamos marcadas en el mapa al final del artículo). Las líneas vienen diferenciadas por colores y, dependiendo del día que elijas, tendrás a disposición una u otra. Te dejamos un mapa ampliable con estas líneas, pero puedes ver toda esta información en su página web.
Si quieres contratar el wine-tram, puedes hacerlo online o directamente en Franschhoek: hay un quiosco en el centro del pueblo donde puedes reservar tu entrada y consultar todas tus dudas.
Hasta aquí nuestra experiencia visitando las Winelands en Sudáfrica, una región que incluir sí o sí en tu próximo viaje, y ponemos rumbo hacia la Ruta Jardín. Más allá de los vinos y las catas, pasear por las hileras de viñedos en Stellenbosch, donde el verde exuberante de las vides se mezcla con el azul del cielo africano, o por las calles de Franschhoek, con su encanto francés, las cafeterías y galerías de arte, es toda una experiencia y un cachito de Sudáfrica que no nos esperábamos encontrar.
¿Conocías estas regiones vinícolas cerca de Ciudad del Cabo? ¿Has hecho la Ruta del Vino en Sudáfrica y visitado Stellenbosch y Franschhoek? ¿Qué te parecieron?
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