UN TROCITO DE FRANCIA EN NUEVA ZELANDA

Desde lo alto, mirando el mapa de Nueva Zelanda, la Península de Banks llama mucho la atención por su forma, un montículo que se eleva sobre el océano y agrietado por una zanja enorme en el centro. El origen volcánico de este lugar es el causante de tales caprichosas formas y, aunque desde abajo, recorriéndola por sus caminos no es tan impresionante, no deja de tener un encanto especial.

Quizás porque en esta zona se asentó durante unos años una colonia de franceses que, muy suyos ellos, construyeron sus casitas al más puro estilo colonial y dejaron su huella en la pequeña ciudad de Akaroa, en el centro de la península. Así que para allá fuimos.

Y la verdad es que tiene su punto. Para llegar desde Christchurch nosotros primero nos desviamos hasta Sumner, una localidad de costa con unos paisajes muy chulos. De allí tuvimos que dar la vuelta porque la carretera estaba cortada y llegamos hasta Lyttelton, con su enorme y feo puerto. Y de allí nos dirigimos hasta la propia Península de Banks pasando por varias bahías (una de ellas la de Cass, que a a Lety le hizo especial ilusión).

A mitad de camino paramos a echar un meo en Little River y descubrimos que su estación de trenes es legendaria! Formaba parte de la primera red de ferrocarriles neozelandeses. Aunque hoy por hoy por aqui lo único que pasan son algunos despistados como nosotros con la vejiga llena y con ganas de conectarse a la cabina de Spark para chequear el correo…

Ese primer día no llegamos a Akaroa, en vez de eso nos quedamos en la French Farm Bay a pasar la noche. Un sitio genial a 1 m de la bahía, al otro lado de la grieta frente a Akaroa.

Al día siguiente recorrimos los 10 km hasta Akaroa y nos dimos un rulo por allí. El ambiente es muy particular, con sus casitas coloniales bien decoradas, con esos jardines frondosos frente a sus puertas repletos de arbustos y flores. Vamos, como una ciudad sacada de alguna película ambientada en la Francia de hace 100 años.

Hay que hacer una mención especial a su faro, que de por si no tiene mucho interés, pero que ojo, si tienes más de 90 años puedes subir gratis. Quizás si la esperanza de vida en Akaroa es de 130 años y se considera tercera edad a partir de los 90. Tal vez tengamos que añadir un carnet de jubilado a nuestro carnet de la universidad de hace 10 años para conseguir estos beneficios.

INFO ÚTIL

Dónde dormir con furgoneta en la Península de Banks.

Vimos que en WikiCamps hay un sitio en la propia Akaroa donde dormir. En los aparcamientos que nosotros vimos se prohibía pernoctar allí. De todas formas ya nos habíamos quedado en la French Farm Bay, unos 10 km antes de llegar a Akaroa. Hay baños de obra bastante limpios, tiene agua corriente aunque no potable y el entorno es muy bonito frente a la costa.

3 comentarios en “UN TROCITO DE FRANCIA EN NUEVA ZELANDA”

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