UN LEMONLAO EN MUANG NGOI NEUA

Después de haber pasado la noche en un bonito bungalow en Nong Khiaw (ciudad que vamos a recordar por habernos comido un bocadillo después de dos meses de viaje!) pillamos un bote que en una hora nos llevará en Muang Ngoi Neua.

Acariciado por el río Nam Ou y protegido por dulces montañas carsticas este pueblecito tiene un encanto especial y es difícil entender que este paraíso fue una de las zonas mas bombardeadas por los americanos durante la Guerra Secreta. Hoy en día es uno de los mejores destinos rurales de Laos y un oasis de paz para mochileros!

Su calle principal (aunque casi diríamos que la única) es de tierra y repleta de vida: ancianas que se peinan en las veredas de sus humildes cabañas, “tractores” muy rudimentarios se preparan para ir al campo, gallos que se pelean, perros tumbados al sol, y tiendecitas  llenas de niños que estudian cual será el próximo dulce que con suerte podrán comprar.

Solo puedes llegar aquí en barco, la electricidad solo funciona de 6.00pm a 9.00pm así que ha sido como volver atrás en el tiempo y simplemente hemos disfrutado de uno de los paisajes más bellos de los que llevamos de viaje… y esto encima tumbados en un hamaca! Solo nos faltaba un cocktail y ya estábamos en el paraíso. Dicho y hecho: que cocktail sea!

Nos vamos a uno de los bares con mas encanto del pueblo (tampoco es que haya mucha elección!). Tumbados y mirando un precioso atardecer elegimos tomar un “LemonLao”, que habrá que probar la bebida local. ERROR. GRAN ERROR! El lao lao es un whisky de arroz con gradación parecida a la absenta, esto quiere decir que lo tomarás una vez en la vida, y eso si sobrevives!

Además  vemos un chico solitario, con una botella de ron y otra de coca cola… signo inconfundible de su nacionalidad: “Are you spanish?” (y cómo no!). El destino aquel día puso en nuestro camino “El PEPE” madrileño que viaja desde hace 11 años y que tiene su propia filosofía “El PEPISMO” jeje. Nos quedamos hablando como unas 7 horas (¿!!) y aunque el tío ilumina el pc con linterna (PEPE que el pc ya está iluminado!!) y asegura que para un siciliano Nápoles es el norte (a ver le vas a enseñar a un padre hacer hijos) fue una gran noche (eso sí la mañana siguiente fue horrible).

Pero no solo hemos descansado en hamacas, mirados atardeceres, y bebido lao lao con un filosofo que ilumina el pc con linterna, también hicimos un trekking (ok era un mini trekking) por los alrededores del pueblo, donde vimos cuevas, arrozales, ríos, arrozales, arrozales… Hasta que cruzando un (ya sabéis no?) arrozal, Rober se para de golpe y exclama:

Ooooooooh! No, pero tranquila no pasa nada eh.

Con mi infalible instinto grito: “es una araña verdad???”. Ojalá una araña… era un pedazo de boa constrictor que nos miraba con cara de mala gente (venga vale era una bicha común y ni siquiera nos miraba): toda la vida me pasó delante de los ojos y lo vimos claro: que le den a la aldea que vamos a ver y nos volvemos! Y haciendo en 30 min lo que antes nos costó una hora y 20 minutos nos refugiamos en un chiringuito a comer el mejor bocadillo del pueblo… uff! Que dura la vida de mochileros!!

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