¿Vas a viajar a Florencia y tienes claro que no te vas a perder una visita a la Galería Uffizi? En este artículo te contamos cuáles son las mejores obras de este museo, el top 10 de las obras imprescindibles que ver en la Galería Uffizi de Florencia.
Este museo es uno de los más asombrosos que visitamos nunca y una de las visitas estrella en Florencia. Y como bien imaginarás, es enorme y no faltan las obras maestras que visitar y morir de amor. Así que seguro que cuando estés planificando la visita te rondará la cabeza la pregunta “¿cuáles son las mejores obras de los Uffizi? Sigue leyendo porque te damos respuesta,
Contenido que vas a encontrar
- Qué ver en la Galería Uffizi: obras imprescindibles
- 1. Nacimiento de Venus (Botticelli, 1485)
- 2. La Primavera (Botticelli, 1482), nuestra obra favorita que ver en los Uffizi
- 3. Sagrada Familia o “Tondo Doni” (Miguel Ángel, 1506)
- 4. La Virgen con el Niño y dos Ángeles (Filippo Lippi, 1465)
- 5. Anunciación (Leonardo da Vinci, 1472)
- 6. Venus de Urbino (Tiziano, 1534)
- 7. Bacco (Caravaggio, 1598)
- 8. Cabeza De Medusa (Caravaggio, 1597), de las obras más impresionantes de los Uffizi
- 9. Judit decapitando a Holofernes (Artemisia Gentileschi, 1620), un must que ver en los Uffizi
- 10. Díptico de los Duques de Urbino (Piero della Francesca, 1472)
Qué ver en la Galería Uffizi: obras imprescindibles
A continuación vamos a analizar las 10 obras más importantes del museo, con todo lujo de detalles. Botticelli, Caravaggio, Raffaello, Leonardo da Vinci… La lista es interminable y la concentración de obras maestras tan brutales pueden provocar algún que otro «stendhalazo«… avisado estás.
Quédate pegado a la pantalla, que empezamos el recorrido por los 10 imprescindibles de los Uffizi, uno de los museos más antiguos del mundo, que engloba obras notables de los siglos XIII-XVIII.
1. Nacimiento de Venus (Botticelli, 1485)
Es la gran obra maestra de Botticelli y uno de los cuadros más conocidos de todos los tiempos. Y por tanto, sin dudas, unas de las obras imprescindibles que ver en los Uffizi.
El cuadro representa el nacimiento de Venus que, según la mitología, emergió de la espuma del mar y llegó a la isla de Chipre ayudada por los vientos. A la izquierda de la composición podemos ver al Dios Céfiro que, con su soplido, simboliza este viento, y entre sus brazos sostiene a Flora, la Diosa de las flores.
Venus está plasmada en el centro del cuadro de pie sobre una concha (símbolo de fertilidad) y mantiene una expresión etérea y delicada. Llama la atención su largo pelo rubio con el que se cubre púdicamente el pubis (parece que se utilizó pintura dorada para crear los reflejos de la larga cabellera).
En la orilla la está esperando una joven mujer que le ofrece un manto lleno de flores con el cual cubrirse. Probablemente se trate de una de las Horas (casi seguro La Primavera). En su cuello porta una guirnalda de mirto, la planta sagrada de Venus, que simboliza el amor eterno.
2. La Primavera (Botticelli, 1482), nuestra obra favorita que ver en los Uffizi
Tenemos que admitir que La Primavera es el cuadro que más nos emocionó de toda la Pinacoteca, incluso más que el Nacimiento de Venus (y eso que el hype era máximo). De verdad, es increíble y muuucho mejor verlo cara a cara que en foto.
En la escena aparecen 9 figuras mitológicas rodeadas por un bosque de laureles y naranjos y que apoyan los pies en un césped lleno de flores.
Uno de los sujetos que más llama la atención es el de Zefirio (de color azul, a la derecha) al que vemos persiguiendo a la ninfa Flora para fecundarla. Flora se transformará en la Primavera, que aparece justo a su lado llenando el mundo de flores. Fíjate en los trajes de las dos figuras: el de Flora es transparente mientras que el de la Primavera está lleno de flores, indicando que en ella hay vida y de hecho… mira la tripa :-p
En el centro domina la escena la Diosa del amor, Venus y encima de ella está su hijo Cupido, preparado para lanzar una de sus flechas. A su derecha vemos las Tres Gracias bailando en círculo, cerca del mensajero de los Dioses, Mercurio.
El simbolismo de esta pintura es bastante críptico, hay quien dice que personifica a la “Humanitas” en la figura de Venus, capaz de diferenciar los valores espirituales (izquierda) de los materiales (derecha). Alegorías aparte, lo más asombroso de la obra es el nivel de detalle: los hay en todas partes y pintados de manera sublime.
3. Sagrada Familia o “Tondo Doni” (Miguel Ángel, 1506)
Este cuadro, que lleva la firma de Miguel Ángel, esconde una curiosa leyenda…
Fue encargado para celebrar el aniversario de boda del mercante Agnolo Doni y Maddalena Strozzi, pero a la hora de pagar, Agnolo pidió un descuento generoso, algo que cabreó mucho al artista. Ofendido y testarudo, Miguel Ángel les hizo saber que se lo quedaría y tras la insistencia del comerciante (que ya estaba dispuesto a pagar el precio establecido inicialmente) hizo una contraoferta: el doble o nada. Y el doble fue 😉 Moraleja: nunca seas rácano con un artista de esta talla.
El “Tondo Doni” representa la escena de la Sagrada Familia, con la Virgen María en primer plano y justo detrás San José y el niño. Lo más curioso del cuadro es su dinamismo, pareciendo que casi se puede palpar la escena.
4. La Virgen con el Niño y dos Ángeles (Filippo Lippi, 1465)
Se trata de la obra más célebre de Filippo Lippi, artista y monje carmelita. En ella retrata a la Virgen María rezando (al parecer para plasmar la fisionomía se inspiró en Lucrezia Buti, una monja que se convirtió su amante, sí, sí, cotilleo del bueno ) mientras mira con ternura al niño Jesús.
En su expresión hay dulzura pero también preocupación, como si presagiase el futuro de su hijo. El niño la mira con atención mientras es levantado por dos angelitos con una carita traviesa. Al fondo, aparece un paisaje con mar y montañas.
5. Anunciación (Leonardo da Vinci, 1472)
Este óleo sobre tabla, obra del genio Leonardo da Vinci, representa la Anunciación en el jardín de una típica villa florentina del Renacimiento, algo extraño ya que tradicionalmente esta escena siempre era ambientada en un lugar cerrado.
Los protagonistas son el Arcángel Gabriel y la Virgen María, retratados en el momento en el que le notifica que será madre de un niño que pondrá por nombre Jesús, ya sabes la historia…
El ángel mantiene las alas abiertas y entrega un lirio blanco a María (símbolo de pureza). Por otro lado, la Virgen se encuentra sentada detrás de un altar de mármol lleno de detalles, mientras lee las Sagradas Escrituras. Su brazo está levantado como aceptando el destino.
Curiosidad: este fue uno de los primeros cuadros de Leonardo da Vinci y la inexperiencia del genio hizo que cometiera un pequeño error de perspectiva (uno de los brazos está desproporcionado).
6. Venus de Urbino (Tiziano, 1534)
Otra de las obras que tienes que ver en la Galería Uffizi es este cuadro de Tiziano, en el que vemos en primer plano a una hermosa mujer sensualmente acostada en una cama deshecha, mientras se cubre el pepe, digo, el pubis. A sus pies hay un perrito muy majo, símbolo de fidelidad.
En el fondo de la composición aparecen dos criadas, una de pie llevando un traje (probablemente para una ceremonia prenupcial) y la otra entretenida buscando algo en un baúl.
7. Bacco (Caravaggio, 1598)
La pintura retrata a un realista y joven Dios Baco, con las mejillas sonrosadas, mientras sostiene una copa de vino, como si estuviera invitando al espectador a unirse a su fiesta o a brindar con él.
Todo el cuadro está decorado con uvas, parras y un gran cuenco de fruta. Y fíjate justamente en la fruta: muchas piezas tienen imperfecciones, en una metáfora de lo efímera y frágil que es la vida.
El naturalismo y el realismo son francamente impactantes, y sí, son uno de los signos más reconocibles del estilo de este portentoso artista italiano.
8. Cabeza De Medusa (Caravaggio, 1597), de las obras más impresionantes de los Uffizi
Seguimos con otra obra maestra de Caravaggio y de las más conocidas en el mundo entero. Personalmente debo decir que fue uno de los cuadros que más me impactó de la colección del museo, y sin dudas una de las mejores obras de los Uffizi.
Es un escudo decorado con la cabeza cortada de Medusa, en cuyo rostro aún se exhibe una mirada terrorífica y un grito sordo y que, sin embargo, nos da la sensación de ser una escena rodeada de mucho ruido.
Su pelo, como dicta la iconografía clásica, está formado por centenares de serpientes entrelazadas y de su cuello todavía chorrean gotas de sangre, lo que indica que Perseo acaba de cortarle la cabeza con su espada.
Increíble el inteligente uso de la luz, que ilumina la cabeza como si fuera un foco.
9. Judit decapitando a Holofernes (Artemisia Gentileschi, 1620), un must que ver en los Uffizi
Otra de las mejores obras de la Galería Uffizi es esta pintura de Artemisia Gentileschi que, no solo es de una rara e impactante belleza, sino que encierra entre los brochazos su historia personal…
El cuadro nos cuenta el episodio bíblico en el que Judit, una joven judía, y su doncella, seducen y acaban asesinando al general enemigo asirio Holfernes. Los detalles son bastante violentos: hay sangre que brota abundantemente del cuello del hombre, y la mirada de las dos jóvenes son decididas, marcando la frialdad del macabro momento de la decapitación.
¿Por qué decimos que el cuadro tiene relación con la propia vida de la artista? Porque lo pintó tras ser violada por Agostino Tassi, su tutor y amigo de la familia, y en la rabia de la escena se refleja el dolor y el deseo de venganza por la violencia sufrida. Más info aquí.
La crudeza de la obra acarreó no pocos problemas a la pintora barroca: el Granduca Cosimo II de Medici, quien encargó el cuadro, rechazó pagar por él y renunció a exponerlo. No fue hasta que Galileo Galilei intervino cuando por fin Artemisia Gentileschi consiguió cobrar el dinero pactado.
10. Díptico de los Duques de Urbino (Piero della Francesca, 1472)
Este doble retrato, de los más célebres del Renacimiento Italiano, tiene como protagonistas al matrimonio de Federico de Montefeltro y Battista Sforza. Todo apunta a que inicialmente solo aparecía el retrato del Duque, mientras que el de la esposa se añadió tras su prematura muerte, al dar a luz a su hijo Guidobaldo.
Federico lleva un traje rojo y un gorro, su mirada es feroz y la nariz rota (dicen que fue causa de un accidente en un torneo en el que también perdió un ojo, por eso siempre aparece de perfil). Battista está pintada con colores muy claros, simbolizando su pureza y nobleza, y su peinado es refinado y elaborado, clara muestra de su alto estatus social.
Esta es la selección de las que, para nosotros, son las 10 obras más importantes de la Galería Uffizi en Florencia. Evidentemente, con una colección tan inmensa y con tantas pinturas que son verdaderas joyas de arte, se quedan fuera algunas igual de impresionantes, como la Maestá di Ognissanti de Giotto, el Autorretrato de Rafael o la Madonna Rucellai de Duccio Di Buoninsegna.
¿Nos hemos olvidado de alguna fundamental? ¿Cuáles son para ti las mejores obras de los Uffizi?
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