Islas Perhentian: por fin encontramos el paraíso

Después de 6 meses dando vueltas por Asia por fin hemos tropezado con nuestro Paraíso. Koh Rong tendrá un espacio muy grande en nuestros corazoncitos, pero tras pasar por las islas Perhentian, no podemos más que reconocer que hasta ahora es la mejor playa del viaje.

* En este artículo te contamos nuestra experiencia en las Perhentian, pero si quieres información útil para planificar tu viaje te recomendamos leer este artículo de guía de viaje a las Islas Perhentian.

A solo media hora de la costa, en el extremo noreste de Malasia, estas dos islitas de cocoteros, plagadas de geckos (lagartos de un tamaño considerable) te invitan al relax absoluto. Nada más desembarcar en la Coral Beach en la isla de Kecil (la pequeña), miramos el mar desde el corredor que une la playa con el embarcadero y podemos ver el fondo! Y habrá más de 2 metros de profundidad! Esto promete…

Cruzamos la isla por el sendero a través de la jungla con nuestras mochilitas y las dejamos en uno de los bungalows con vistas al mar de la parte de Long Beach, nos colocamos los bañadores y al agua! Eso sí, antes de llegar a la playa se nos cruza un lagarto de un par de metros y con un tripón enorme, nos mira y sigue su camino. Más tarde volveríamos a verlo en el mismo cruce… debe ser que va y viene unas cuantas veces al día. Después de ver unos cuantos ya te familiarizas con ellos, tener uno como vecino ayuda más todavía…

La playa de Long Beach es increíble, con un mar azul transparente y olas medianas que algunos aprovechan para aprender surf. En un extremo cientos y cientos de peces quietos esperando que algún curioso se asome con las gafotas de snorkel, y al otro unas preciosas rocas que la separan de la espesa jungla.

Aprovechamos el oleaje de la Long Beach para pasar buenos ratos zambulléndonos y revolcándonos en el agua, mientras que en la Coral Beach, con su tranquilidad y sus corales al lado de la orilla, estrenamos nuestras mascaras de snorkel, compradas un par de días antes en una tienda de chinos, que salen más baratas… Se ven un montón de peces de todos los tamaños y colores, incluso unos territoriales cabrones que atacan a todo lo que se acerca a su plantación personal de algas (nos lo había contado Cristian hace unos días! Aunque a nosotros no nos mordieron). Pero lo que más se ven son pepinos de mar, con un aspecto asqueroso parecido a un gusano gigante, que se mueven con la marea. Nos acordamos del “último superviviente” cuando se comió uno así tal cual, joe que asco!

La isla la hemos disfrutado al máximo, sin hacer prácticamente nada. Comer en la playa, tomar el sol, bañitos, buceo, musiquita y a la cama!